Durante los 13 años en que ha trabajado en el sector sanitario, Raquel Egea se ha encargado de la transferencia de tecnología y la generación de negocio en diferentes hospitales y centros de investigación donde se ha visto involucrada en la creación y acompañamiento a start-ups del ámbito de la salud.
La posibilidad de enfrentarse desde dentro a las dificultades de las empresas catalanas que tan bien conoce, en vez de como consejera, la tentó a la hora de sumarse al equipo de Alma Medical Imaging.
Alma, “una empresa catalana con un equipo profesionalmente impecable”
Raquel se refiere a Alma como una empresa catalana “de libro”, creada a partir de una tecnología de frontera y con un equipo profesionalmente impecable, aunque con una visión modesta.
Destaca, sin embargo, que su activo es muy grande: productos, talento, 400 hospitales, 3000 licencias y 20 países en los que opera, entre otros atributos, que la convierten en un proyecto con muchas posibilidades de crecer.
Planes de futuro y metas a largo plazo
“En mi opinión, el futuro de cualquier empresa que quiere crecer pasa por superar tres aspectos: calidad, talento y financiación”, explica Raquel.
Añade que Alma hace tiempo que consolidó sus procesos y la gestión de la calidad, pero apunta que, para crecer, es necesario preparar al equipo para la aceleración y conseguir un giro cultural que permita verla como una oportunidad. Destaca también la importancia de que las personas reconozcan su capacidad y empiecen a perder su modestia para adquirir mayor orgullo y motivación con el objetivo de formar el equipo de alto rendimiento que requiere una empresa en expansión.
Además, señala que Alma tiene su cartera de clientes internalizada, pero ahora le toca abrirse a socios internacionales que la doten de puentes financieros y tecnológicos. En este sentido, destaca que aumentar el EBITDA forma parte de su estrategia de crecimiento, tanto para tener un mayor margen como para demostrar su capacidad para manejar el coeficiente de crecimiento.
Alma dentro de un año
“La veo invertida, más grande y guapa, pero en Cataluña”. De hecho, Raquel apunta que los socios están comprometidos con conservar en Cataluña el nodo de innovación y conocimiento.
Por otro lado, el portfolio de soluciones se habrá ampliado con el foco puesto en la imagen médica y la inteligencia artificial, donde Alma es experta, e incorporando socios industriales que ayuden a mejorar los productos y promocionar el talento.
Las innovaciones más potentes y su influencia en Alma
Al hablar de innovaciones y de cómo estas influyen o deberían influir en Alma, Raquel destaca que “el diagnóstico por imagen es actualmente un gran foco de innovación, en parte porque no es invasivo, favorece un diagnóstico temprano, proporciona guías de procedimiento y tiene un papel cada vez más importante en la evaluación de los tratamientos”.
Dentro de este ámbito, las innovaciones más disruptivas están en la incorporación de la inteligencia artificial y el desarrollo de visualización de imágenes multimodales para aumentar la precisión.
En este sentido, señala que “dado el gran conocimiento del sistema y el workflow en radiología, Alma tiene una posición privilegiada en la incorporación de IA en el sistema de salud”.
En cuanto a la multimodalidad, la relación estrecha de Alma con los hospitales está transformándose en una relación estratégica en la que, de forma conjunta, se desarrollen soluciones que puedan pasar rápidamente de la validación en el laboratorio (empresa) a la real (hospital), incorporando desde un inicio el conocimiento real de la práctica radiológica.
Colaboración y asociación con instituciones médicas y profesionales de la salud
Siguiendo con esto último, Raquel explica que la colaboración entre empresas y hospitales es necesaria para ajustar la solución a la necesidad y ofrecer cobertura a estas necesidades en salud.
Sin embargo, apunta, la realidad es que, además de voluntad, hacen falta recursos financieros y profesionales para que los hospitales lleven a cabo estas colaboraciones. La falta de tiempo de los profesionales sanitarios y la falta de profesionales formados en transferencia desmotiva a la empresa para empujar, lo que provoca un riesgo tecnológico y económico demasiado elevado para el perfil prototipo de empresa catalana.