La radiografía de tórax es una prueba extremadamente útil para evaluar el estado de pulmones, corazón y las estructuras que los rodean. Ahora, con la pandemia de Covid-19, se ha puesto en boca de todos debido a su utilidad para detectar signos de neumonía.
Sin embargo, y aunque ahora se escuche hablar más de ello, no olvidemos que la neumonía puede ser ocasionada por numerosas causas, víricas y bacterianas. Sea como sea, en el artículo de hoy queremos centrarnos en la utilidad de esta prueba radiológica.
¿Por qué radiografía de tórax?
La radiografía de tórax está indicada para el diagnóstico de posibles casos de neumonía por lo claramente que presenta la imagen ciertas señales. Como sabrás, los alvéolos -que normalmente deberían estar llenos de aire- se llenan de tejido inflamatorio o líquido. Es entonces cuando podemos apreciar en la imagen las manchas blancas que confirman el diagnóstico de neumonía.
Pero ¿y qué sucede con los pacientes que están encamados o incluso en la UCI? Esto dependerá del hospìtal en el que trabajes. Sí que es cierto que se recomienda la radiografía portátil para evitar mover al paciente. No obstante, esto dependerá de la infraestructura del centro.
El papel de la radiografía en la detección de neumonía por Covid-19
La prueba principal para detectar casos de Covid-19 es la PCR. Sin embargo, dicho esto, es cierto que el resultado no es inmediato. Y en casos de pacientes críticos no siempre hay tiempo para esperarlo: puede que sea necesario tomar decisiones inmediatas.
En estos casos, la radiografía de tórax está cobrando especial importancia. Permite ver cuál es el estado real del paciente, incluso al margen de si tiene o no el virus, y tomar decisiones tempranas para tratarlo. Tengamos en cuenta que, en algunos casos, el daño pulmonar es grave, por lo que es necesario actuar pronto.
Una herramienta para hacer un seguimiento del paciente
Igual que la radiografía de tórax permite evaluar la evolución de las opacidades en casos de Covid-19, también es útil para ver el avance de un paciente de neumonía.
Aunque no está indicado en todos los casos, sí que te será útil en la evaluación de pacientes que sigan presentando síntomas seis semanas después del diagnóstico inicial. En estos casos, la imagen médica puede ayudarte a decidir el procedimiento a seguir.
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