Cuando hablamos de radiología intervencionista -muchas veces referida como radiología mínimamente invasiva-, hemos de pensar en imagen e intervención, radiología y cirugía. Estos conceptos se unen para dar pie a una disciplina que, sin duda, está en constante evolución.
Y es que este enfoque, como sabrás, se usa para corregir estenosis y aneurismas, como ayuda para hacer biopsias y mucho más. Sin duda, su introducción en la medicina marcó un antes y un después con procesos menos agresivos que nos sirven para evitar daños en órganos y zonas circundantes. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Desde Alma Medical Imaging, hemos querido hacer un repaso a la historia y la evolución de la radiología intervencionista.
La historia de la radiología intervencionista
Se podría decir que, desde que Roentgen descubrió los rayos X en 1895, la radiología había tenido un papel meramente diagnóstico. Sin embargo, esto empezó a cambiar cuando Marie Curie planteó la opción de usarla para localizar balas en soldados de la Primera Guerra Mundial. Si bien no se puede hablar aún de radiología intervencionista tal y como ahora la conocemos, se puede decir que marcó la tendencia. El hecho de hacer cirugías más selectivas evitaba daños mucho mayores que, hasta entonces, eran habituales.
Pero, si hablamos de personas que nos guiaron hacia la radiología intervencionista actual, no podemos dejar de mencionar al Dr.Seldinger y el Dr. Dotter. Seldinger, en 1953, fue el impulsor del abordaje percutáneo para lograr acceder de forma segura a órganos huecos y vasos sanguíneos. El Dr. Dotter, por su parte, partió de esta base en 1963 para afirmar que el catéter tenía que ir más allá de su función diagnóstica. De hecho, fue él quien hizo la primera dilatación arterial para solucionar un caso de estenosis.
Desde ese momento, nuevas técnicas han ido surgiendo una detrás de otra. ¿El objetivo? La mejora, el sustituir procesos mucho más agresivos por estos que minimizan el daño. En definitiva, se trata de ganar en eficiencia, comodidad y, sí, también desde el punto de vista económico.
Y ¿en qué punto nos encontramos?
Lo cierto es que, en España, la radiología intervencionista no despegó hasta finales de los años 80. Y ha sido desde entonces cuando se ha producido su auge y su máxima evolución. De hecho, la extensa bibliografía que encontramos si buscamos información sobre este tema deja constancia de su importancia.
Hemos de hacer mención también al paso de lo analógico a lo digital, concretamente en lo que a imagen médica se refiere. El hecho de contar con visores digitales para observar la imagen del paciente en tiempo real ha impulsado notablemente la radiología intervencionista. Se ha pasado de operar en base a una imagen fija a poder observar el desarrollo del procedimiento en directo. Esto, sin duda, marca la diferencia y aumenta la eficiencia de la intervención al permitir detectar, de inmediato, cualquier anomalía.
Lo que nos espera está por ver. Sin embargo, si hay algo evidente es que la tendencia es ir hacia técnicas cada vez menos invasivas y respetuosas con el paciente. Y, en esto, la digitalización será clave.
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